Noche de locuras (Rebekah)

Luego de unos días de ajetreo en el trabajo, necesitaba desconectar a como diese lugar, ¿y qué mejor que la disco para ello? Entré decidida al baño, y tras una buena y deseada ducha, salí directa al armario para ver qué me ponía esa noche. No tuve que buscar mucho, ya que cogí unos vaqueros ajustados y una camiseta que, un poco antes de llegar al ombligo, se abría dejando mi barriga y mi piercing al aire. Me enfundé la ropa y unas botas, y marché a la que esperaba que fuese, una gran noche. Tras llegar a una de las discotecas más famosas, entré y allí, por poco y no me desaté, aunque conseguí controlarme, de momento. Fui directa a la barra a pedir un buen cubata, y con él en la mano, marché a la pista de baile, y ahí sí que me desaté dejándome llevar por la música.

Sonríe y bastara.

La voz de la madre de Rebekah resonó en su cabeza, justo cuando planeaba salir de casa. Miro a su alrededor, desde hacia ya un buen tiempo no la veía. Termino de colocarse su ropa y salio en busca de un poco de diversión. Su estomago estaba afuera y sus pantalones ajustados la hacían ver mejor que nunca. Sonrío y entro a una discoteca, miro a todas las personas del lugar, riéndose por la cantidad de ridiculez que logro notar en sus rostros. Llego a la barra y le sonrío coquetamente al Bartender – Un Wodka Tonic- susurro y el chico le devolvió la sonrisa placidamente. Jugo con su cabello hasta captar la visión en una chica de cabello rubio bailando divertida con un chico. Se dedico a mirarla hasta el cansancio o por lo menos hasta llegar a bailar con alguien.

Estaba entretenida bailando con un chico, cuando sentí tras de mí la mirada de alguien, así que, al compás de la música me fui dando la vuelta hasta ver que se trataba de una chica. Bastante mona la verdad, y con un muy buen cuerpo. Me despedí del chico dejándolo solo en la pista, y fui acercando a la chica hasta llegar hasta ella. Me coloqué a su lado, y dije:
-¿Wodka Tonic? Buena elección, se nota que tienes buen gusto.
La miré de arriba abajo, y tal y como vi desde lejos, no estaba nada mal. Rubia, ojos marrones y un cuerpo que muchas envidiarían. Tal vez se dedicase al mundo del modelaje, y si no fuese así, ellos se lo perdían ya que físico no le faltaba. Esos vaqueros le sentaban de muerte, y le hacía ver una muy buena figura.
-¿Bailas, o esperas a alguien?-pregunté.
Esperaba que viniese sola, ya que si así era, iba a ser la envidia de todos los que estuviesen por aquí. Me mordí el labio, ya que notaba que lo que veía me gustaba, y mucho.