Una mañana tranquila [libre]

El día estaba hermoso; por lo que se podía apreciar por la ventana de mi habitación. Sonreí de lado mientras me cambiaba y peinaba para tomar un desayuno e irme de esta aburrida casa. Mi padre para variar no se encontraba aquí y Ella no estaba en su casa como para ir a practicar hechizos juntas por lo que sino me iba de aquí me aburriría como un hongo.

Tomé un desayuno bien cargado para no pasar hambre en el paseo que daría, aunque de todos modos hice que un pequeño paquete de galletas volara de la alacena hacia mis manos para guardarlo en mi bolsa. Uno no sabía cuando el hambre podría atacar así que mejor era estar precavida en esos temas. Además de las galletas agregué una pequeña botella de agua y dinero por las dudas que necesitara comprar algo.

Después de desayunar una buena taza de café con algunos panes tostados me dispuse a limpiar todo y partir de casa hacia el bosque. Ese lugar tan relajante que me encantaba visitar en los días que no tenía mucho que hacer.
Me sonreí a mi misma y emprendí una ligera caminata hasta aquella arboleda que tanto conocía de pasear.

Al llegar a un lugar adentrado del bosque me recargué en un árbol un momento antes de dejarme caer y permanecer sentada apoyada en este mirando los animalitos que por allí pasaban.

En el mismo instante que me senté en el árbol pude apreciar el sonido del cantar de los pájaros, a decir verdad era uno de los sonidos que más me gustaba oír. En cierto modo me recordaba a los paseos que daba de pequeña junto a mi padre; en verdad lamentaba que no estuviese tanto tiempo en casa como para compartir este tipo de cosas con él, pero en fin tendría que pensar en cosas positivas. A fin de cuentas había venido al bosque para distraerme un poco y no estar sola en casa.

Solté un leve suspiro al darme cuenta que no había traído mi cámara para poder fotografiar la belleza de este bosque, que aunque lo hubiese visitado varias veces, siempre encontraba algo bueno para capturar; como por ejemplo una pequeña ardilla que venía correteando por allí.

Pero no solo me llamó la atención el paseo de ese animalillo, sino la melodiosa voz de un muchacho acercarse junto con su cámara colgando en el cuello. Sonreí al pensar que así me veía yo cuando salía con el fin de fotografiar momentos.
-Hola, Muy hermoso al parecer- Aseguré mientras me limitaba a examinar su aura. La cual vi que era pura sin maldad alguna.

El muchacho se acercó preguntando si se podía sentar a mi lado, por lo que asentí levemente para darle a conocer que no me molestaba en lo absoluto.
Al cabo de unos segundos sacó el lente de su cámara y la prendió. Ese acto me dejó un tanto sorprendida, ya que luego me pidió que me quedará quieta y mirara al frente un momento antes de sacar una fotografía.
No entendía muy bien el por qué de esa reacción y siempre había sido muy curiosa como para dejar pasar esto. -- ¿Por qué has hecho eso?- Le pregunté un tanto divertida al ver la imagen en su cámara fotográfica.
-Debo admitir que la luz de esta hora es mi favorita para fotografiar pero mi rostro no esta incluido en mis preferencias- Aseguré riendo un poco de la situación.
En verdad en estos momentos lamentaba más no haber traído mi cámara. Pero en fin podría divertirme con ella en otra ocasión, es que simplemente no cabía en mi como podía haberla olvidado sobre la cama, cuando siempre la llevaba encima sin importar a donde iba. Más que seguro que la desesperación por salir de mi casa me haya jugado en contra.

El muchacho de ojos color cielo dejó su objeto de trabajo a un lado y estiró su mano para presentarse con el nombre de Evan. - Ilse, un placer Evan- Comenté con una cálida sonrisa mientras me daba el gusto de darle un apretón a su mano.

En verdad no podía quejarme de ello, aunque no lo hice, ya que yo tampoco pedía permiso alguno cuando veía algo bueno que fotografiar. En el mínimo momento que perdía en preguntar el tiempo había pasado y las cosas movido dejándome sin fotografía alguna. Ya me había ocurrido una vez en un parque con unos niños pequeños; tontamente les pregunté y ya habían perdido la naturalidad de su juego.

Mis torpes recuerdos fueron interrumpidos por el ofrecimiento de Evan. -Amm pues no profesional pero es algo que hago desde pequeña- Le conté mientras tomaba su cámara con mis manos y veía por ella con cuidado.
Encontré una escena perfectamente bonita como para retratar; Un par de aves volando a la par en dirección a su nido. Capturé ese momento con cuidado -Como te decía, soy una aficionada- Murmuré al ver la imagen que había tomado. No era de las mejores, ya que había varios factores que me distraían en estos momentos.

Referente a su segunda pregunta solamente fui sincera. - Daba un paseo, suelo perderme por estos lados cuando el aburrimiento me llega
respondí alegremente mientras le devolvía su cámara. - Por cierto bonita cámara Evan - Afirmé mirando el artefacto un momento. - Supongo que tu viniste a tomar fotografías- Comenté por lo que veía obvio hasta el momento.