Bonito dia para salir a correr ( Lilith Delacourt )

No me gustaba no tener nada que hacer. No era que tuviera tampoco mucha ganas de hacer demasiadas cosas, pero cuando han pasado más de tres horas sin nada interesante, entonces se vuelve una frustración. Ser demonio tenía lo suyo, era divertido hasta el punto en que nos topábamos con los de alitas blancas y pretendían estropear nuestros planes. Aunque también eso le agregaba diversión al asunto. Como quiera que sea, en esa ocasión, no tenía nada mejor que hacer que mirar el paisaje de las montañas.

Mis hermanos siempre habían dicho que era una blasfemia que apreciara las cosas naturales porque a final de cuentas eran cosas hechas por... Dios. Pero, lo cierto es que desde antes de ser lo que ahora era, yo ya apreciaba esas cosas. Era algo que no había desaparecido a pesar del paso del tiempo.

Pronto el solo comenzó a salir y escuché y sentí las almas de algunos animales corriendo por todos lados. Otras almas indefensas de cazadores en la lejanía y el correr del arroyuelo no muy lejos. Siempre me había caracterizado por tener más habilidad que otros demonios para percibir las almas.

Pronto escuché pasos de alguien corriendo. No sé a cuánto de distancia pero se aproximaba. No quise mirar. No me interesaba hacerlo, aunque bien podría sacar algo a mi favor de ese quien sea que se acercaba.

Pronto el chico, a quien distinguí por el rabillo del ojo, estuvo junto al agua. Se lavó y elevé una ceja, girando mi rostro a otro sitio antes de que se diera cuenta de que le veía. Pero el silencio me enfermaba, así que vendría bien una charla.
—¿No es muy temprano para salir a correr? —mascullé para romper el hielo.