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Los placeres nocturnos pueden ser fuera de lo común (Chiara)
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Heaven And Hell :: singing city :: Bar
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Los placeres nocturnos pueden ser fuera de lo común (Chiara)
Otro día, otro día más a transcurrido. La vida eterna muchas veces se torna ligeramente aburrida y más cuando las cosas no pintan nada bien, aunque todo tiene solución. La vampiresa se encuentra en la sala de su mansión, en su mano derecha sostiene una copa de vino tinto y en la izquierda un cigarrillo, mismo que en la colilla se pueden ver las marcas rojas de sus labios, el humo inunda la habitación mientras que en su rostro se denota fastidio, aburrimiento y cierta monotonía, la casa esta vacía ya que Marcus ha salido a una reunión de negocios con accionistas de la empresa al igual que Stefan quien ha decidido acompañarlo, Lizzie por su parte seguramente estará con sus ideas retrogradas y estúpidas, mismas que ella personalmente se encargara de erradicar de su cabeza de una vez por todas.
La vampiresa mueve delicadamente la copa, el vino que yace dentro se mueve suavemente, su mirada se centra en el humo que emana de su cigarrillo y con elegancia le da el último trago a su copa, deja la copa en la mesita de centro, se pone en pie colocándose las zapatillas y comienza a caminar hacia su bolso mismo que coge. El ama de llaves la observa y le habla
Ama de llaves: señora ¿adónde va? ¿Qué le digo al señor cuando pregunte por usted y de donde ha ido?
La señora, observa a la inmortal y esta le mira con cierto desprecio y recelo ya que si hay algo que deteste con todo su ser es que le pregunten las cosas cuando solamente se trata de una ser que no es nada-es la primera y última que me hablas de ese modo… punto número 1 a que te importa a donde voy, y punto número 2, cuando mi esposo pregunte que me hable el móvil. ¿Quedo claro?- la vampiresa se expresa con rudeza y molestia en cada una de sus palabras, el ama de llaves no le queda más que bajar la mirada y apartarse de su lado. Sin pensarlo dos veces, abre la puerta de su casa, va hacia su auto, mismo que enciende sin problema alguno. Una vez que ha arrancado, emprende el viaje hacia donde el camino le guie. Conduce por horas, sin rumbo fijo, pasa por las misma calles una y otra vez, sin siquiera percatarse de donde esta o a donde ir. Hasta que se le ilumina, escogiendo el bar.
Aparca en auto muy cerca del lugar en donde se encuentra este lugar, desciende del auto con elegancia y sensualidad; se dirige al bar, abre la puerta y las miradas no se hacen esperar, decide ir a la barra. Se sienta y truena los dedos para que el que bartender le atienda.
-Dame un Whisky en las rocas
Su tono es altanero y seductor, mismo del cual el humano no puede resistirse, a lo que sirve a gran velocidad dejando aún lado suyo en menos de un minuto la bebida escogida. Elizabeth sonríe y bebe con delicadeza su bebida, a la espera de que la noche mejore.
La vampiresa mueve delicadamente la copa, el vino que yace dentro se mueve suavemente, su mirada se centra en el humo que emana de su cigarrillo y con elegancia le da el último trago a su copa, deja la copa en la mesita de centro, se pone en pie colocándose las zapatillas y comienza a caminar hacia su bolso mismo que coge. El ama de llaves la observa y le habla
Ama de llaves: señora ¿adónde va? ¿Qué le digo al señor cuando pregunte por usted y de donde ha ido?
La señora, observa a la inmortal y esta le mira con cierto desprecio y recelo ya que si hay algo que deteste con todo su ser es que le pregunten las cosas cuando solamente se trata de una ser que no es nada-es la primera y última que me hablas de ese modo… punto número 1 a que te importa a donde voy, y punto número 2, cuando mi esposo pregunte que me hable el móvil. ¿Quedo claro?- la vampiresa se expresa con rudeza y molestia en cada una de sus palabras, el ama de llaves no le queda más que bajar la mirada y apartarse de su lado. Sin pensarlo dos veces, abre la puerta de su casa, va hacia su auto, mismo que enciende sin problema alguno. Una vez que ha arrancado, emprende el viaje hacia donde el camino le guie. Conduce por horas, sin rumbo fijo, pasa por las misma calles una y otra vez, sin siquiera percatarse de donde esta o a donde ir. Hasta que se le ilumina, escogiendo el bar.
Aparca en auto muy cerca del lugar en donde se encuentra este lugar, desciende del auto con elegancia y sensualidad; se dirige al bar, abre la puerta y las miradas no se hacen esperar, decide ir a la barra. Se sienta y truena los dedos para que el que bartender le atienda.
-Dame un Whisky en las rocas
Su tono es altanero y seductor, mismo del cual el humano no puede resistirse, a lo que sirve a gran velocidad dejando aún lado suyo en menos de un minuto la bebida escogida. Elizabeth sonríe y bebe con delicadeza su bebida, a la espera de que la noche mejore.
Elizabeth D’Arcy- Vampiros
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/05/2011
Localización : Justo detras de tí
Empleo /Ocio : tu puedes ser mi ocio
Humor : Depende de mi estado de animo
Re: Los placeres nocturnos pueden ser fuera de lo común (Chiara)
Sin duda sería una gran noche, como de costumbre. Mi mente momentáneamente estaba libre de esos pensamientos que solían invadirme incitandome a la autodestrucción, era una noche hermosa y tenía ganas de diversión, es por eso que decidí visitar el bar. Tal vez jugar a la seducción de algún pobre mortal para robarle su elixir o simplemente conocer a algún guapo demonio para tener alguna diversión mas lujuriosa, esos eran mis planes, nada fuera de lo común para mi.
Caminaba por los callejones de la ciudad dejando ver mi silueta que se movía con pasos gráciles como una sombra seductora que recorría las calles de noche. Llevaba puesta encima una caperuza fina, costumbre que había tomado desde algunas décadas y que había conservado a pesar que actualmente no fuese muy común ver a gente llevándola, pero yo no me dejaba guiar la moda, para mi siempre sería yo la que la impusiera. Bajo esta llevaba ceñido a mi cuerpo un elegante corsé y unos pantalones ajustados, mi cabello iba bajo la capucha pero no por mucho tiempo.
Por fin llegué al bar, abrí la puerta entrando en el lugar sintiendo de golpe el aroma a cigarillo y alcohol mezclado con el aroma de cada uno de los seres que estaban en el lugar de todas las especies. Dejé caer la capucha así dejando caer mi cabello color fuego por mis hombros y espalda y me acerqué a la barra sentandome en un taburete. Esperé al barman que llevaba un whisky a una dama, parecía muy distinguida y claro para mi menos que nadie no fue dificil descifrar la verdadera naturaleza de aquella mujer, una vampiresa al igual que yo, no solo lo supe por su aroma si no por su estampa, elegante.
Pronto el muchacho de la barra se acercó a tomar mi pedido, un inusual pedido para él, me apoyé sobre la barra para susurrarle al oído unas palabras las cuales hicieron que su expresión se tornara algo extrañada pero tan solo darle una mirada a mis ojos hicieron saber al chico que lo mejor era obedecer, trajo al instante una copa vacía y la dejó en frente, a penas la copa tocó la mesa mi mano rápidamente tomó la muñeca del muchacho y lo miré fijo a los ojos con insinuación y convencimiento, sin palabra alguna el chico solo se quedó quieto y obedeció aun cuando vio que su muñeca se aproximaba peligrosamente a mis labios. Solo un leve gemido emitieron sus labios cuando con un suave beso clave mis colmillos en su piel, su sangre se derramó en la copa hasta llenarla hasta un poco mas de la mitad, luego saqué un pañuelo de mi bolsillo y lo envolví en su herida, no tenía intenciones de darle la muerte.
- Buen chico. - susurro dándole una sonrisa con una caricia en el mentón, el muchacho aparentemente seducido y hasta algo excitado permaneció quieto hasta que con un gesto le indiqué que siguiera con lo suyo. Luego levanté la copa mirando a la vampiresa a unos metros en un gesto de salud y bebí de la copa el exquisito elixir.
Caminaba por los callejones de la ciudad dejando ver mi silueta que se movía con pasos gráciles como una sombra seductora que recorría las calles de noche. Llevaba puesta encima una caperuza fina, costumbre que había tomado desde algunas décadas y que había conservado a pesar que actualmente no fuese muy común ver a gente llevándola, pero yo no me dejaba guiar la moda, para mi siempre sería yo la que la impusiera. Bajo esta llevaba ceñido a mi cuerpo un elegante corsé y unos pantalones ajustados, mi cabello iba bajo la capucha pero no por mucho tiempo.
Por fin llegué al bar, abrí la puerta entrando en el lugar sintiendo de golpe el aroma a cigarillo y alcohol mezclado con el aroma de cada uno de los seres que estaban en el lugar de todas las especies. Dejé caer la capucha así dejando caer mi cabello color fuego por mis hombros y espalda y me acerqué a la barra sentandome en un taburete. Esperé al barman que llevaba un whisky a una dama, parecía muy distinguida y claro para mi menos que nadie no fue dificil descifrar la verdadera naturaleza de aquella mujer, una vampiresa al igual que yo, no solo lo supe por su aroma si no por su estampa, elegante.
Pronto el muchacho de la barra se acercó a tomar mi pedido, un inusual pedido para él, me apoyé sobre la barra para susurrarle al oído unas palabras las cuales hicieron que su expresión se tornara algo extrañada pero tan solo darle una mirada a mis ojos hicieron saber al chico que lo mejor era obedecer, trajo al instante una copa vacía y la dejó en frente, a penas la copa tocó la mesa mi mano rápidamente tomó la muñeca del muchacho y lo miré fijo a los ojos con insinuación y convencimiento, sin palabra alguna el chico solo se quedó quieto y obedeció aun cuando vio que su muñeca se aproximaba peligrosamente a mis labios. Solo un leve gemido emitieron sus labios cuando con un suave beso clave mis colmillos en su piel, su sangre se derramó en la copa hasta llenarla hasta un poco mas de la mitad, luego saqué un pañuelo de mi bolsillo y lo envolví en su herida, no tenía intenciones de darle la muerte.
- Buen chico. - susurro dándole una sonrisa con una caricia en el mentón, el muchacho aparentemente seducido y hasta algo excitado permaneció quieto hasta que con un gesto le indiqué que siguiera con lo suyo. Luego levanté la copa mirando a la vampiresa a unos metros en un gesto de salud y bebí de la copa el exquisito elixir.
Chiara D'Angelo- Vampiros
- Mensajes : 120
Fecha de inscripción : 18/04/2011
Empleo /Ocio : musico
Humor : delicioso
Re: Los placeres nocturnos pueden ser fuera de lo común (Chiara)
Demencial, cadenciosa y seductora, esas son las palabras exactas para describir a la vampiresa que se había hecho presente en el bar. Con la seducción que caracteriza a los hijos de la noche, la mujer inmortal de cabellos de fuego, hechizo al humano con palabras susurradas al oído, mismo que obedeció sin siquiera poner resistencia. Más sin embargo, con atrevimiento y desfachatez la pelirroja muerde la muñeca del barman y deja caer como hilillo el liquido vital para todos los inmortales; ligeros gemidos emanan de los labios del chico, el placer ante el contacto de los incisivos de la pelirroja se denotaba en las facciones del humano; aquel espectáculo incitó el ser de Elizabeth quien desvía la mirada hacia todos lados, percatándose de que nadie observe lo que esta sucediendo, ya que será una verdadera tragedia tener que asesinar a tantos humanos por descubrir lo que son… aunque un poco de diversión no le caería nada mal.
Al culminar con su osadía la pelirroja despide al chico y este continua con su trabajo como si nada hubiera pasado. Al ver el saludo de la pelirroja, la castaña levanta su copa y brindan, en el rostro de Elizabeth se denota una sonrisa demencial, sujeta su vaso y se acerca a la pelirroja, observa como los presentes se encuentran ensimismados en sus pensamientos, en sus bebidas o en su estado de embriaguez, llega junto a la inmortal y se sienta junto a ella.
-Me agrada tu estilo- le sonríe aunque no alaga su hazaña ya que no es de la vampiresa elogiar el “trabajo” de los demás, ya que su propio orgullo e incluso ego se lo impiden. Nuevamente observa hacia todos lados, disimulando a la perfección. Bebe de un trago bastante largo su bebida y llama al barman nuevamente, quien con la mirada baja se acerca a las mujeres, no emite palabra alguna, ya que la castaña emite una seña para que le sirvan lo mismo que había pedido antes.
-Elizabeth D’Arcy- se presenta con elegancia, extendiendo la mano demostrando un gesto amable y educado, puesto que ante todo hay que mantener la poca o mucha educación que se adquirido con el paso de los años y porque no, a través de los siglos; el humano le acercas u bebida y esta bebe un pequeño trago.
Al culminar con su osadía la pelirroja despide al chico y este continua con su trabajo como si nada hubiera pasado. Al ver el saludo de la pelirroja, la castaña levanta su copa y brindan, en el rostro de Elizabeth se denota una sonrisa demencial, sujeta su vaso y se acerca a la pelirroja, observa como los presentes se encuentran ensimismados en sus pensamientos, en sus bebidas o en su estado de embriaguez, llega junto a la inmortal y se sienta junto a ella.
-Me agrada tu estilo- le sonríe aunque no alaga su hazaña ya que no es de la vampiresa elogiar el “trabajo” de los demás, ya que su propio orgullo e incluso ego se lo impiden. Nuevamente observa hacia todos lados, disimulando a la perfección. Bebe de un trago bastante largo su bebida y llama al barman nuevamente, quien con la mirada baja se acerca a las mujeres, no emite palabra alguna, ya que la castaña emite una seña para que le sirvan lo mismo que había pedido antes.
-Elizabeth D’Arcy- se presenta con elegancia, extendiendo la mano demostrando un gesto amable y educado, puesto que ante todo hay que mantener la poca o mucha educación que se adquirido con el paso de los años y porque no, a través de los siglos; el humano le acercas u bebida y esta bebe un pequeño trago.
Elizabeth D’Arcy- Vampiros
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 20/05/2011
Localización : Justo detras de tí
Empleo /Ocio : tu puedes ser mi ocio
Humor : Depende de mi estado de animo
Re: Los placeres nocturnos pueden ser fuera de lo común (Chiara)
Me encontraba regocijada por aquel elixir que recorría mi boca con suavidad, solo un pequeño sorbo bebí para disfrutar de su inigualable sabor, no solía tomar alcoholes porque saturaban todos mis sentidos con su fuerte sabor, no me era agradable, es por eso que cuando salía me preocupaba de conseguir mi propio licor, ya sea de una manera mas elegante desde una copa o mas instintiva desde el cuello de algún muchacho, siempre eran mas fáciles de seducir y embobar.
Sacándome de mi trance de placer escucho una voz femenina, volteo la vista y me percato de la muchacha que ahora estaba a mi lado halaga mi estilo, sonrío de manera halagada y asiento volteandome hacia ella. Ella llama al barman el cual se acerca para realizar el pedido, en sus ojos se denota algo de nerviosismo al acercarse de nuevo, podía sentir el palpitar fuerte de su corazón y sus pensamientos sobre su posible muerte en manos de la pelirroja que tenía en frente, mientras mis ojos cautivadores y algo intimidantes no dejaban de mirarlo, me agradaba sentir esa sensación de manipulación con los mortales.
- Que puedo decir, soy una amante de los clásicos, el alcohol me saca de quicio. - sonrío de forma suave a la vez que observo como el muchacho con mano temblorosa toma el licor y lo sirve en la copa de la chica a mi lado que se presenta diciendo su nombre y extendiendo mi mano.
- Chiara.... Chiara D'Angelo. - Tomo su mano con suavidad en un gesto de saludo a mi compañera a un lado para luego tomar la copa y moverla delicadamente como mezclando el contenido para luego beber otro sorbo relamiendome los labios.
- Y Elizabeth, que te trae por estos sitios? Acaso buscas algo de diversión al igual que yo? - sonrío graciosa dejando la copa sobre la mesa con cuidado como si de algo muy preciado se tratara.
Sacándome de mi trance de placer escucho una voz femenina, volteo la vista y me percato de la muchacha que ahora estaba a mi lado halaga mi estilo, sonrío de manera halagada y asiento volteandome hacia ella. Ella llama al barman el cual se acerca para realizar el pedido, en sus ojos se denota algo de nerviosismo al acercarse de nuevo, podía sentir el palpitar fuerte de su corazón y sus pensamientos sobre su posible muerte en manos de la pelirroja que tenía en frente, mientras mis ojos cautivadores y algo intimidantes no dejaban de mirarlo, me agradaba sentir esa sensación de manipulación con los mortales.
- Que puedo decir, soy una amante de los clásicos, el alcohol me saca de quicio. - sonrío de forma suave a la vez que observo como el muchacho con mano temblorosa toma el licor y lo sirve en la copa de la chica a mi lado que se presenta diciendo su nombre y extendiendo mi mano.
- Chiara.... Chiara D'Angelo. - Tomo su mano con suavidad en un gesto de saludo a mi compañera a un lado para luego tomar la copa y moverla delicadamente como mezclando el contenido para luego beber otro sorbo relamiendome los labios.
- Y Elizabeth, que te trae por estos sitios? Acaso buscas algo de diversión al igual que yo? - sonrío graciosa dejando la copa sobre la mesa con cuidado como si de algo muy preciado se tratara.
Chiara D'Angelo- Vampiros
- Mensajes : 120
Fecha de inscripción : 18/04/2011
Empleo /Ocio : musico
Humor : delicioso
Heaven And Hell :: singing city :: Bar
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