Las olas y el viento [Lyla]

Uno, dos tres. Lyla camina lentamente, o mejor dicho, se desliza lo más lento posible. No sabe porque hizo caso a su hermanita, y la llevo al paseo marítimo de la cuidad. El problema no fue ese, a Lyla le agrada hacer feliz a su hermana… el problema es que Marina le pidió ir en patines. El Némesis de Lyla desde su infancia. Suele tener caídas horribles cuando sale así, más que nada por la sensación de que el cualquier momento caerá otra vez. ¡Esta traumada! Hace ya tres minutos que Marina se fue con uno de sus guardias, en dirección a algún lugar, quizá hasta para ir a nadar. Lyla no reclamó, ya que sabe que es más seguro que su hermana se quede con un guardia que con ella.

Hasta que al fin, pierde el control de los mal nacidos patines. ¿No lo decía ella? Esas cosas hacen de ella un peligro público.
–¡Muévanse, chica fuera de control! – grita, para que la gente se apartase de ella. Oye como todos reclaman, unos más asustados que otros. Solo aparta la mirada del frente un segundo… cuando choca de lleno con una figura. Cae al piso, haciendo una mueca de dolor. Con un poco de suerte, el cardenal no se notara al día siguiente, piensa acariciándose.

{Off: si, Lyla acaba de chocar contigo XD gran entrada, ¿no?}

Toda la tranquilidad que hubiera poddido tener quedó improvistamente iterrumpida por una humana fuera de control. Estaba acosmtumbrado a ver personas fuera de control pero ella era un caso diferente, su descontrol era por obra de un par de patines que llevaba en los pies.
Chocó contra mí con dureza y ambos caímos al suelo, ella sobre mí. Quedé recostado en el suelo mientras ella se acariciaba donde se habia golpeado. La miré elevando un poco mi cabeza y sonreí.

-Serias muy amable de tu parte que te quitaras de encima.

Hablé con tono burlón mientras esperaba su reacción. ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera estado allí? Seguramente ella habría caído directamente al mar. Eso sin duda hubiera sido más divertido.

Off: Seee, gran entrada. A Seth le divierte

Lyla eleva su mirada a su interlocutor, confundida. Ahí lo nota. Cayó, por desgracia, sobre el chico, pues ese era el sexo de su imprevisto acompañante. Un sonrojo toma sus mejillas, obligándola a apartarse de un salto. Mala idea, pues cae una vez más, aunque esta vez sobre el… solidó piso. Hace una mueca, divertida y frustrada a la vez.

–Lo lamento. –dice, aun en el suelo. Su razón le dicta que es mejor quedarse allí, a la espera de ayuda. –Creo que me vuelvo un peligro público cuando ando en estas cosas.

Alza la mirada, reconociendo al instante al dueño de la voz masculina. ¡Seth! Sonríe de forma calida, moviendo la cabeza a un lado, cual niña pequeña.

–Pero… al menos podrías ayudar a esta pobre chica descontrolada a ponerse de pie, ¿no crees?

No entiende porque le habla de forma tan desinteresada. Si, son… amigos, o eso cree ella. Pero es una amistad extraña. Él siempre tan misterioso con ella, como si guardase un secreto…


{Off: Te recuerdo que de acuerdo con lo que acordamos, ellos ya se conocen XD }

La observé un momento, se quitó de encima pero volvió a caer. Reí divertido sin ahorrarme burlas y me puse de pie rápidamente. Volteé a verla y me llevé una sorpresa: No era nada más ni nada menos que mi querida amiga humana, Lyla.
Ladeé mi cabeza frunciendo mis cejas muy levemente. Estiré mi mano para que la tomara mientras le sonreí con serenidad.


- Veo que patinar no es lo tuyo, Lyla.

Me burlé. No había podido reconocer a Lyla; y ahora que la miraba de frente podía notar que era ella. ¿Tan distraído había estado que ni siquiera había podido esquivar el “accidente” o sentir su energía… Su alma que tanto quería robar.

Off: Sí, no sse me había olvidado