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¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
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¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Parecía que un torbellino acabara de pasar por mi casa. Iba de un lado para otro, desordenando todo a mi paso y sin pararme a hacer nada en concreto. ¡Arrrg! Necesitaba hacer algo a la voz de ya. Si no, me iba a volver loco. Era extraña la energía con la que había amanecido aquel día, pero ya que tenía una poca, tampoco es que la fuera a desperdiciar.
Recordé que en mis frecuentes paseos por la ciudad, en sus afueras había visto un polideportivo. Tal vez el hacer un poco de deporte disipara algo de mi exceso de energía mañanera. Y si no lo hacía, al menos haría algo de ejercicio, lo cual siempre era bueno. Así me evitaría la salida de una barriguita que no quería de ninguna de las formas que me saliese.
Así que me dirigí al polideportivo con mi bolsa de deporte en mano. Todavía no sabía que deporte iba a hacer, pero eso era lo de menos. Lo importante era hacer uno, y ya está. Con mi exceso de energía, llegué allí en menos de cinco minutos.
Y cuando llegué, vio muy claro hacia dónde me iba a encaminar: a las pistas de atletismo. La verdad es que lo echaba un poco de menos. No es que hubiese sido un corredor olímpico ni nada de eso, pero siempre se me había dado bastante bien, y además era algo que me gustaba. Correr por pura diversión, cortando contra el viento, sintiendo como los músculos delas piernas queman hasta que dicen que no pueden mas, pero aun así, tú sigues, como si no los oyeras o no te importara lo que dijeran. Maravilloso.
En seguida me puse a ello. Era una sensación que había echado de menos, la de correr por una pista de atletismo. Me hizo recordar aquellos tiempos….hace diez años, tal vez menos….en los que empecé a correr con mis amigos y llegaba a ver como se iban quedando atrás, mientras que yo escapaba raudo de ellos y cruzaba el primero la línea que significaba la meta. No es que me gustara especialmente ganar, aunque a veces si que me ponía algo competitivo, sobre todo en aquel entonces, y ganar así, tan fácilmente, me producía una gran satisfacción.
Una hora después, y sin parar ni un momento de correr, parte de mi sobrante energía se había disipado, aunque no toda ella. Con la respiración algo agitada, decidí que podría hacer un descanso de unos cinco minutos, y luego volver otra vez. Me sentía bien, la verdad. No me había dado cuenta lo mucho que había echado de menos ese deporte.
Me senté en las gradas, junto a mi bolsa de deporte. Me retiré el pelo que se me metían en los ojos, que estaba un poco sudado. A decir verdad, todo yo lo estaba un poco, por lo que cogí una toalla de mi bolsa y me empecé a limpiar un poco la cara de sudor. Desde mi posición, se podía ver a las demás personas haciendo deporte. No había muchas por lo temprano de la hora, pero tampoco estaba mal. Mejor solo que mal acompañado. Aunque, por supuesto, mejor bien acompañado que solo.
Recordé que en mis frecuentes paseos por la ciudad, en sus afueras había visto un polideportivo. Tal vez el hacer un poco de deporte disipara algo de mi exceso de energía mañanera. Y si no lo hacía, al menos haría algo de ejercicio, lo cual siempre era bueno. Así me evitaría la salida de una barriguita que no quería de ninguna de las formas que me saliese.
Así que me dirigí al polideportivo con mi bolsa de deporte en mano. Todavía no sabía que deporte iba a hacer, pero eso era lo de menos. Lo importante era hacer uno, y ya está. Con mi exceso de energía, llegué allí en menos de cinco minutos.
Y cuando llegué, vio muy claro hacia dónde me iba a encaminar: a las pistas de atletismo. La verdad es que lo echaba un poco de menos. No es que hubiese sido un corredor olímpico ni nada de eso, pero siempre se me había dado bastante bien, y además era algo que me gustaba. Correr por pura diversión, cortando contra el viento, sintiendo como los músculos delas piernas queman hasta que dicen que no pueden mas, pero aun así, tú sigues, como si no los oyeras o no te importara lo que dijeran. Maravilloso.
En seguida me puse a ello. Era una sensación que había echado de menos, la de correr por una pista de atletismo. Me hizo recordar aquellos tiempos….hace diez años, tal vez menos….en los que empecé a correr con mis amigos y llegaba a ver como se iban quedando atrás, mientras que yo escapaba raudo de ellos y cruzaba el primero la línea que significaba la meta. No es que me gustara especialmente ganar, aunque a veces si que me ponía algo competitivo, sobre todo en aquel entonces, y ganar así, tan fácilmente, me producía una gran satisfacción.
Una hora después, y sin parar ni un momento de correr, parte de mi sobrante energía se había disipado, aunque no toda ella. Con la respiración algo agitada, decidí que podría hacer un descanso de unos cinco minutos, y luego volver otra vez. Me sentía bien, la verdad. No me había dado cuenta lo mucho que había echado de menos ese deporte.
Me senté en las gradas, junto a mi bolsa de deporte. Me retiré el pelo que se me metían en los ojos, que estaba un poco sudado. A decir verdad, todo yo lo estaba un poco, por lo que cogí una toalla de mi bolsa y me empecé a limpiar un poco la cara de sudor. Desde mi posición, se podía ver a las demás personas haciendo deporte. No había muchas por lo temprano de la hora, pero tampoco estaba mal. Mejor solo que mal acompañado. Aunque, por supuesto, mejor bien acompañado que solo.
Alexander Silverman- Lycans
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Fecha de inscripción : 31/05/2011
Edad : 31
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Empleo /Ocio : Camarero, y en mi tiempo libre soy persona e.e
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Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Era ya de mañana y yo estaba en la unidad deportiva, si, si ya se que s epreguntan ¿¡Que demonios hacia yo ahí!? pues simple, no tenian ninguna miserable cosa más que hacer. Estba vestida con una sudadera unas zapatillas y un Short que dejaba ver mi increible piernas blanquecinas. Di una que otra vuelta a la pista pero luego cerca de la pista se encontraba la Gimnasia ritmica. Me encamine pues era cerca tambien de las gradas, cuando me acerque, hize uan que otra voltereta, cuando senti una prescencia. Era de Licantropo, bueno no me lo esperaba. Generalmente andaban por los bosque, pero bueno nunca era tarde para desperdiciar una oportunidad de conocer a un Licantropo. Hice la invertida. Era algo tonto pues empeze a buscar al licantropo de Cabeza.
Invitado- Invitado
Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Mi respiración ya se había calmado, el sudor casi había desaparecido de mi piel. Y sin embargo, aun seguía allí sentado. ¿La razón? Simple pereza. O, claro, había ido allí por un exceso de energía, pero ésta no era inagotable, y tras unas buenas carreras por la pista, bien me merecía un descanso de un poco mas de diez minutos. Además, aun era por la mañana, y quedaba todo el día por delante. Quién sabe lo que pudiera pasar a lo largo de todo el día que quedaba de día. Tal vez me hicieran falta algunas de esas energías para quién sabe que cosas.
Pero no, seguro que en realidad no pasaba nada. A decir verdad, desde que había llegado a la ciudad no había pasado nada. Todo estaba muy tranquilo. Siendo lo que era yo, igual tenía que ser normal meterme un poco en líos, pero no. Mi vida era mas o menos igual a la que tenía antes de saber de mi licantropía. Con mas seres por ahí pululando, pensaba en continuos e interesantes encontronazos con otros seres, pero la verdad es que no era del todo así. Pero bueno, aun así me conformaba. Con una vida tranquila y sin sobresaltos.....algo mas o menos normal, como la que tiene todo el mundo.
¿Era eso mucho pedir? Tampoco lo creía. Pero si que parecía que pedía mucho. En el fondo, sabía que nunca volvería a tener una vida normal del todo. Algo que me daba demasiada pena. Demasiada. Decidí que no quería volver a pensar en ello. Y, dicho y hecho. Dejé de pensar en ello, y mi mente regresó al sitio en el que debía estar, contemplando las pistas de atletismo que se encontraban frente a mi.
Y cuando miré hacia las pistas, vi algo que me llamó la atención. Una mujer joven, de cabello pelirrojo como el fuego, que probablemente había visto muy de cerca. Porque la chica del cabello de fuego no era una humana normal y corriente. Era un ser, de esos llamados "demonios". Me enderecé, sin perder de vista a aquella mujer. Me daba un poco de mala espina el haber visto a un demonio por allí, por no decir que me daba un poco de miedo. Los demonios eran malos, o al menos eso tenía entendido yo. ¿Habría alguno de ellos que fuera bueno? Quién sabe, tal vez si. De todo tenía que haber en todos sitios, incluido allí.
Así que no podía judgarla solo por el hecho de ser un demonio. Tal vez hubiera algo bueno en ella. ¿Me atrevería a comprobarlo? A la timidez inicial que siempre me embargaba, también me echaba hacia atrás el ligero temor que me producían los demonios. Aunque no me acerqué a ella, mi mirada no se despegó de ella. Cualquiera que me hubiera visto, hubiera detectado que mi mirada estaba fijada en la chica. Esperaba que tampoco se pensase nada malo de mi.
Pero no, seguro que en realidad no pasaba nada. A decir verdad, desde que había llegado a la ciudad no había pasado nada. Todo estaba muy tranquilo. Siendo lo que era yo, igual tenía que ser normal meterme un poco en líos, pero no. Mi vida era mas o menos igual a la que tenía antes de saber de mi licantropía. Con mas seres por ahí pululando, pensaba en continuos e interesantes encontronazos con otros seres, pero la verdad es que no era del todo así. Pero bueno, aun así me conformaba. Con una vida tranquila y sin sobresaltos.....algo mas o menos normal, como la que tiene todo el mundo.
¿Era eso mucho pedir? Tampoco lo creía. Pero si que parecía que pedía mucho. En el fondo, sabía que nunca volvería a tener una vida normal del todo. Algo que me daba demasiada pena. Demasiada. Decidí que no quería volver a pensar en ello. Y, dicho y hecho. Dejé de pensar en ello, y mi mente regresó al sitio en el que debía estar, contemplando las pistas de atletismo que se encontraban frente a mi.
Y cuando miré hacia las pistas, vi algo que me llamó la atención. Una mujer joven, de cabello pelirrojo como el fuego, que probablemente había visto muy de cerca. Porque la chica del cabello de fuego no era una humana normal y corriente. Era un ser, de esos llamados "demonios". Me enderecé, sin perder de vista a aquella mujer. Me daba un poco de mala espina el haber visto a un demonio por allí, por no decir que me daba un poco de miedo. Los demonios eran malos, o al menos eso tenía entendido yo. ¿Habría alguno de ellos que fuera bueno? Quién sabe, tal vez si. De todo tenía que haber en todos sitios, incluido allí.
Así que no podía judgarla solo por el hecho de ser un demonio. Tal vez hubiera algo bueno en ella. ¿Me atrevería a comprobarlo? A la timidez inicial que siempre me embargaba, también me echaba hacia atrás el ligero temor que me producían los demonios. Aunque no me acerqué a ella, mi mirada no se despegó de ella. Cualquiera que me hubiera visto, hubiera detectado que mi mirada estaba fijada en la chica. Esperaba que tampoco se pensase nada malo de mi.
Alexander Silverman- Lycans
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Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Por fin encontre el chico era como deduje un hombre lobo, era un poco bajo esbalte y delgado, pero se le notaban los musculos. Estaba tan fija en eol que me acababa de dar cuenta de que seguia de cabeza, rode los ojos y baje un pie para seguir con el otro. Me arregle un poco y camine hacia las Gradas, peor no me diriji al hombre lobo. Me di cuenta que me miraba por lo que le respondi.
-Hola- para girrar la mirada y continuar al Camarin de Damas. En este me cambie de ropa me lave y sali impeque, No haria deportes por un rato. Sali del camarin y me quede junto a las Gradas pero sin que me viera para lapoyarme en ella y preguntarle :
-¿Que haces?
-Hola- para girrar la mirada y continuar al Camarin de Damas. En este me cambie de ropa me lave y sali impeque, No haria deportes por un rato. Sali del camarin y me quede junto a las Gradas pero sin que me viera para lapoyarme en ella y preguntarle :
-¿Que haces?
Invitado- Invitado
Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
La chica de pelo de fuego me había visto…..y había visto que la estaba mirando. O Dios mío… ¿Qué estaría pensando de mí en esos momentos? ¿Tal vez la había estado molestando al mirarla? ¿O tal vez pensara que era un tipo de lo más rarito? A lo peor estaba pensando que era un pervertido o algo por el estilo. Aunque no sé si eso lo mirarían los demonios con malos ojos. Como nunca había tenido el placer de conocer a ninguno, no sabía cómo pensaban ni nada. Claro, había oído rumores, historias sobre ellos, pero sobre esas historias poco caso había que hacerles. Normalmente tenían más de fantasía que de realidad, así que no te podía fiar mucho de lo que decían. Que me lo digan a mí, pensé. De eso sabía un tanto.
Pude ver como la chica rodaba sus ojos, evidentemente molesta por aquel comportamiento mío. ¡Lo sabía! La había ofendido, ya estaba seguro de ello. Si quería una prueba, allí estaba. Pero es que tenía demasiada curiosidad por saber cómo era un demonio de cerca como para desaprovechar la oportunidad ahora de conocer a uno. Sí, es cierto que normalmente hubiera salido corriendo en lugar de pararme a hablar con un demonio. Les tenía cierto pánico, y eso únicamente por las historias que contaban de ellos. Pero una vez más, mi curiosidad pudo conmigo, y no me moví de allí mientras veía como la chica me devolvía la mirada.
Torpemente, alcé una mano para saludarla cuando lanzó un “hola” en mi dirección, supuse que a mí, aunque también podría haber estado saludando a cualquier otro y yo habría quedado como un completo tonto. Claro, que en ese momento también quedé como un completo tonto. Miré con desprecio a esa mano que se había alzado contra mi voluntad, esa que me había hecho quedar como estúpido. Pero ¿a quién se le ocurría saludar así a un demonio, con un torpe alzado de mano? Solo a mí, naturalmente.
Pasaron unos minutos, en los que la perdía de vista. Tal vez se había ido. Esa idea me produjo a la vez alivio y desilusión: alivio, por no tener que tratar con alguien tan peligroso como un demonio, y desilusión, porque había perdido una oportunidad para conocer a un miembro de ese grupo de criaturas. Bueno, tal vez hubiera sido mejor así.
Pero no se había ido, no. Justo después de que pensase esas cosas, la chica salió del vestuario, ya cambiada de como estaba antes, impecable. Sin querer, me vi a mi mismo pensando que era una chica bastante guapa. Pero no está el horno para bollos, Alex, deja de pensar esas cosas de una vez.
Oí su voz una vez más, pero tampoco estaba seguro de que me lo dijera a mí. Se había apoyado en las gradas, pero yo no la veía por ninguna parte. Miré por el sitio de donde había venido la voz, para ver si la veía por allí. Tuve que moverme un poco, pero al final la vi allí, apoyada contra las gradas.
-Esto….-empecé, vacilante.-Perdona…hum… ¿es a mí?-le pregunté, ya que no sabía si esa pregunta iba dirigida a mi o a otra persona. Pensé que me moriría de vergüenza si no era yo el destinatario de esa pregunta, y si no lo era, ya podía marcharme con viento fresco de allí, porque lo único que pensaría en ese caso sería “Tierra, trágame”.
Pude ver como la chica rodaba sus ojos, evidentemente molesta por aquel comportamiento mío. ¡Lo sabía! La había ofendido, ya estaba seguro de ello. Si quería una prueba, allí estaba. Pero es que tenía demasiada curiosidad por saber cómo era un demonio de cerca como para desaprovechar la oportunidad ahora de conocer a uno. Sí, es cierto que normalmente hubiera salido corriendo en lugar de pararme a hablar con un demonio. Les tenía cierto pánico, y eso únicamente por las historias que contaban de ellos. Pero una vez más, mi curiosidad pudo conmigo, y no me moví de allí mientras veía como la chica me devolvía la mirada.
Torpemente, alcé una mano para saludarla cuando lanzó un “hola” en mi dirección, supuse que a mí, aunque también podría haber estado saludando a cualquier otro y yo habría quedado como un completo tonto. Claro, que en ese momento también quedé como un completo tonto. Miré con desprecio a esa mano que se había alzado contra mi voluntad, esa que me había hecho quedar como estúpido. Pero ¿a quién se le ocurría saludar así a un demonio, con un torpe alzado de mano? Solo a mí, naturalmente.
Pasaron unos minutos, en los que la perdía de vista. Tal vez se había ido. Esa idea me produjo a la vez alivio y desilusión: alivio, por no tener que tratar con alguien tan peligroso como un demonio, y desilusión, porque había perdido una oportunidad para conocer a un miembro de ese grupo de criaturas. Bueno, tal vez hubiera sido mejor así.
Pero no se había ido, no. Justo después de que pensase esas cosas, la chica salió del vestuario, ya cambiada de como estaba antes, impecable. Sin querer, me vi a mi mismo pensando que era una chica bastante guapa. Pero no está el horno para bollos, Alex, deja de pensar esas cosas de una vez.
Oí su voz una vez más, pero tampoco estaba seguro de que me lo dijera a mí. Se había apoyado en las gradas, pero yo no la veía por ninguna parte. Miré por el sitio de donde había venido la voz, para ver si la veía por allí. Tuve que moverme un poco, pero al final la vi allí, apoyada contra las gradas.
-Esto….-empecé, vacilante.-Perdona…hum… ¿es a mí?-le pregunté, ya que no sabía si esa pregunta iba dirigida a mi o a otra persona. Pensé que me moriría de vergüenza si no era yo el destinatario de esa pregunta, y si no lo era, ya podía marcharme con viento fresco de allí, porque lo único que pensaría en ese caso sería “Tierra, trágame”.
Alexander Silverman- Lycans
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Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Solte una gran carcajada ante la pregunta del Licantropo. Parece que
andaba bastante perdido. Pero no lo iba a moletar por eso simplemente le
dije con mi tipica voz contarina:
-Si tu- hize una sonrisa de lado mientras levantaba una ceja - Yo no veo a nadie más- mire a los lejos por lo menos a unos cien metros se encontraban las demás personas- Los demás estan bastante lejos.-
Deje de apoyarme en las gradas y me puse frente a él y le ofreci mi
mano. Presentandome como siempre lo hehecho y creo que nunca lo dejare
de hacer:
-Soy Nyday ¿Y tu?
Mientras
esperaba que me tomara la mano y dijiera su nombre, lo observe fijamente
de pies a cabeza. Realmente era guapo pero de fomra diferente no como
otros tipos que habia conocido. Parecia algo timido y eso era tierno
bastante. Me agradaba lo tierno. Bueno al menos que fuera uno de esos
tipos anti demonios podriamos llevarnos bien....
andaba bastante perdido. Pero no lo iba a moletar por eso simplemente le
dije con mi tipica voz contarina:
-Si tu- hize una sonrisa de lado mientras levantaba una ceja - Yo no veo a nadie más- mire a los lejos por lo menos a unos cien metros se encontraban las demás personas- Los demás estan bastante lejos.-
Deje de apoyarme en las gradas y me puse frente a él y le ofreci mi
mano. Presentandome como siempre lo hehecho y creo que nunca lo dejare
de hacer:
-Soy Nyday ¿Y tu?
Mientras
esperaba que me tomara la mano y dijiera su nombre, lo observe fijamente
de pies a cabeza. Realmente era guapo pero de fomra diferente no como
otros tipos que habia conocido. Parecia algo timido y eso era tierno
bastante. Me agradaba lo tierno. Bueno al menos que fuera uno de esos
tipos anti demonios podriamos llevarnos bien....
Invitado- Invitado
Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
La chica soltó una sonora carcajada ante algo de lo que yo había hecho o dicho. ¿Había dicho algo gracioso? Creo que no… a no ser que el concepto de gracioso hubiera cambiado en los últimos cinco minutos, creo que no. Entonces…. ¿se estaba riendo de mí? Ay, espero que no. No me gustaba que la gente se riera de mí, la verdad. Ya me sentía bastante tonto como para que encima la gente se fuera riendo de mí.
Aunque luego entendí por lo que la chica se había reído. No se reía de mí. Bueno, sí, pero no de la forma en la que yo creía. Supuse, por lo que dijo después, que se había reído de cuando había preguntado si era a mí a quien iban dirigidas esas palabras. Bueno, era mucho mejor de lo que me había esperado.
Volví la mirada hacia donde la chica estaba mirando, seguramente hacia las otras personas que estaban allí con nosotros, que se hallaban bastante lejos de donde estábamos nosotros dos en esos momentos, lo que corroboraba la teoría de la chica de que no veía a nadie más. Vale, entonces ahora si que estaba seguro de que esas palabras estaban dirigidas a mí. No sabía si debía alegrarme o asustarme por ello. Supongo que podría hacer una mezcla de ambas cosas, podría “asusgrarme”, y así todos contentos. Creo.
-Bueno, solo quería asegurarme.-le respondí, encogiéndome de hombros.- No quería entrometerme en una conversación que no fuera la mía-
La seguí con la mirada cuando dejó de apoyarse contra las gradas para ponerse frente a mi. No es que la siguiera con la mirada por que la considerara peligrosa y merecedora de un trato con mas vigilancia que la demás gente normal, sino simplemente porque como yo desconfiaba un poco de todo el mundo, también de ella, pero no por el hecho de ser un demonio, sino por ser desconocida. Aunque igual también podría tener cuidado con el hecho de que fuera una demonio. Bah, que mas da.
Miré fijamente unos segundos la mano que la chica me tendía, a modo de saludo. Yo nunca había saludado de esa manera, siempre lo hacía con un “hola” o cosas del estilo, pero nunca había saludado estrechando la mano a alguien. Me parecía muy…formal. Aunque, claro, dicen que para todo hay una primera vez, lo que supongo que se puede aplicar a esta ocasión.
Articulé con los labios el nombre que había dicho la chica, aunque no lo pronuncié, ya que simplemente quería que el nombre se quedara en mi mente, un poco asombrado por lo extraño del nombre. “Nyday”….nunca había oído un nombre como ese….era extraño, pero igualmente bonito….Supongo que le venía perfecto a la chica, ya que ambos era iguales: extraños aunque bonitos.
Finalmente, alargué mi brazo para estrechar con fuerza la mano de Nyday, tal vez con demasiada fuerza debido a que era la primera vez que lo hacía, y no estaba muy seguro que cuanta fuerza debía aplicar para el apretón. Pensé que esa era la fuerza justa y necesaria que debía aplicar, aunque con lo torpe que era y la mala suerte que tenía, seguro que ya había hecho algo mal.
-Encantado.-le dije, con una tímida sonrisa. Eso de conocer gente nueva no era lo mío.-Yo me llamo Alexander, pero puedes llamarme Alex, si quieres.-le sugerí, ya que mi nombre era algo largo y la gente, por comodidad, normalmente acortaba mi nombre dejándolo tal y como lo había dicho la segunda vez.
Aunque luego entendí por lo que la chica se había reído. No se reía de mí. Bueno, sí, pero no de la forma en la que yo creía. Supuse, por lo que dijo después, que se había reído de cuando había preguntado si era a mí a quien iban dirigidas esas palabras. Bueno, era mucho mejor de lo que me había esperado.
Volví la mirada hacia donde la chica estaba mirando, seguramente hacia las otras personas que estaban allí con nosotros, que se hallaban bastante lejos de donde estábamos nosotros dos en esos momentos, lo que corroboraba la teoría de la chica de que no veía a nadie más. Vale, entonces ahora si que estaba seguro de que esas palabras estaban dirigidas a mí. No sabía si debía alegrarme o asustarme por ello. Supongo que podría hacer una mezcla de ambas cosas, podría “asusgrarme”, y así todos contentos. Creo.
-Bueno, solo quería asegurarme.-le respondí, encogiéndome de hombros.- No quería entrometerme en una conversación que no fuera la mía-
La seguí con la mirada cuando dejó de apoyarse contra las gradas para ponerse frente a mi. No es que la siguiera con la mirada por que la considerara peligrosa y merecedora de un trato con mas vigilancia que la demás gente normal, sino simplemente porque como yo desconfiaba un poco de todo el mundo, también de ella, pero no por el hecho de ser un demonio, sino por ser desconocida. Aunque igual también podría tener cuidado con el hecho de que fuera una demonio. Bah, que mas da.
Miré fijamente unos segundos la mano que la chica me tendía, a modo de saludo. Yo nunca había saludado de esa manera, siempre lo hacía con un “hola” o cosas del estilo, pero nunca había saludado estrechando la mano a alguien. Me parecía muy…formal. Aunque, claro, dicen que para todo hay una primera vez, lo que supongo que se puede aplicar a esta ocasión.
Articulé con los labios el nombre que había dicho la chica, aunque no lo pronuncié, ya que simplemente quería que el nombre se quedara en mi mente, un poco asombrado por lo extraño del nombre. “Nyday”….nunca había oído un nombre como ese….era extraño, pero igualmente bonito….Supongo que le venía perfecto a la chica, ya que ambos era iguales: extraños aunque bonitos.
Finalmente, alargué mi brazo para estrechar con fuerza la mano de Nyday, tal vez con demasiada fuerza debido a que era la primera vez que lo hacía, y no estaba muy seguro que cuanta fuerza debía aplicar para el apretón. Pensé que esa era la fuerza justa y necesaria que debía aplicar, aunque con lo torpe que era y la mala suerte que tenía, seguro que ya había hecho algo mal.
-Encantado.-le dije, con una tímida sonrisa. Eso de conocer gente nueva no era lo mío.-Yo me llamo Alexander, pero puedes llamarme Alex, si quieres.-le sugerí, ya que mi nombre era algo largo y la gente, por comodidad, normalmente acortaba mi nombre dejándolo tal y como lo había dicho la segunda vez.
Alexander Silverman- Lycans
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Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Asenti y baje mi mano:
-Alexander- movi la cabeza y dije- Bonito nombre mejor que Nyday- rei un poco y me mordi el labio para luego decir algo distraida- Y es más sencillo.
Me encogi de hombros. Ante la pequeña conversacion que el Licantropo y yo hemos tenido me di cuenta de que Realmente es timido. Dada su tierna sonrisa. Bueno me arriesgare a hacre una teoria. Seguramente e smuy timido. Puede que conmigo tambien lo sea dado que soy un demonio y soy "Mala" pero quizas es asñi con todos los desconocidos. Probablemente la confianza con sus amigos es grande y puede decir toda clase de Locuras. Bueno solo e suna teoria. Lo bueno de poder "decifrar" a la gente te ayuda a mantener mejor una conversacion. o Al menso a mi me sirve.... Para continuar con mi oportunidad de crear una amistad con Alex le pregunte algo más o menos sencillo:
-¿Y que hace un licantropo en la mañana en la pista de Carreras?- levante una ceja bastante curiosa. Generalmente cuando me encontraba con algun ser Paranormal. Era en el bsoque o el cementerio o por ultimo en el centro comercial. Pero ¿En la pista? Ja, eso si que era un sorpresa....
-Alexander- movi la cabeza y dije- Bonito nombre mejor que Nyday- rei un poco y me mordi el labio para luego decir algo distraida- Y es más sencillo.
Me encogi de hombros. Ante la pequeña conversacion que el Licantropo y yo hemos tenido me di cuenta de que Realmente es timido. Dada su tierna sonrisa. Bueno me arriesgare a hacre una teoria. Seguramente e smuy timido. Puede que conmigo tambien lo sea dado que soy un demonio y soy "Mala" pero quizas es asñi con todos los desconocidos. Probablemente la confianza con sus amigos es grande y puede decir toda clase de Locuras. Bueno solo e suna teoria. Lo bueno de poder "decifrar" a la gente te ayuda a mantener mejor una conversacion. o Al menso a mi me sirve.... Para continuar con mi oportunidad de crear una amistad con Alex le pregunte algo más o menos sencillo:
-¿Y que hace un licantropo en la mañana en la pista de Carreras?- levante una ceja bastante curiosa. Generalmente cuando me encontraba con algun ser Paranormal. Era en el bsoque o el cementerio o por ultimo en el centro comercial. Pero ¿En la pista? Ja, eso si que era un sorpresa....
Invitado- Invitado
Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Esbocé una tímida sonrisa cuando Nyday elogió el nombre que yo tenía. Yo no es que lo considerase un nombre excesivamente bonito, de hecho nunca me había parado a contemplarlo. Nunca había pensado si era bonito, si era feo, o si me quedaba bien. Simplemente, era mi nombre y ya está. Era un nombre más fácil que el suyo, eso desde luego, era un nombre humano. Sin embargo, su nombre no estaba tan seguro de que lo fuera. Quiero decir….¿los demonios tienen nombres específicos, diferentes a los nombres de los humanos, que nosotros vemos como tan comunes¿ No sabía si el nombre de la chica, Nyday, era simplemente un nombre extraño y ya está, o tal vez fuera que los demonios tuvieran unos nombres que nosotros no usábamos y que ellos sí, y por eso a mí me sonaba tan extraño su nombre. Aunque esa teoría no me convencía demasiado. Simplemente sería un nombre extraño, y ya está.
-Muchas gracias.-le dije cuando oí que elogiaba mi nombre.-hice una pausa, pensando el término específico que quería utilizar.-exótico.-acabé de esa manera. No era el adjetivo que estaba buscando, pero no me salía ningún otro. “exótico”. Vaya tontería. Ya estaba empezando a decir tonterías. Venga, un punto para mí. A ver cuantas lograba decir a lo largo de todo el día. Esperaba que no muchas, aunque conociéndome, sabía que eso no iba a ser posible.
Me encogí de hombros cuando oí la pregunta que Nyday lanzaba contra mí. La verdad es que no había ido a hacer nada en concreto ni nada interesante. Me apetecía decir algo interesante, poder contarle que había ido allí por un asunto muy importante y crucial que necesitaba de mi atención, pero, por desgracia, eso no podía ser. Había que ceñirse a la realidad, y desde luego esa no lo era. Tendría que decir la verdad, por sosa y aburrida que fuese.
-Bueno, verás…-empecé a decir.-Hacer atletismo siempre me ha gustado. Lo practicaba de pequeño, y me trae buenos recuerdos….-comenté, desviando la vista de Nyday para posarla en la pista…si, recordaba perfectamente esos momentos, corriendo con mis amigos, siendo simplemente una persona la mar de normal y corriente, que no tenía que preocuparse por nada. Como deseaba que todo volviese a ser como entonces….pero no podía ser. Nunca volvería a ser como entonces…..por desgracia.
-¿ y tu, que haces aquí?.-le pregunté a su vez, consciente de que se había creado un silencio mientras había estado pensando en mis cosas. Me había metido tanto en mis recuerdos que había perdido por completo el sentido del presente. Ahora no debía pensar en el pasado, que no volvería nunca. Debía concentrarme en el presente, en el ahora. Si no, mal.
-Muchas gracias.-le dije cuando oí que elogiaba mi nombre.-hice una pausa, pensando el término específico que quería utilizar.-exótico.-acabé de esa manera. No era el adjetivo que estaba buscando, pero no me salía ningún otro. “exótico”. Vaya tontería. Ya estaba empezando a decir tonterías. Venga, un punto para mí. A ver cuantas lograba decir a lo largo de todo el día. Esperaba que no muchas, aunque conociéndome, sabía que eso no iba a ser posible.
Me encogí de hombros cuando oí la pregunta que Nyday lanzaba contra mí. La verdad es que no había ido a hacer nada en concreto ni nada interesante. Me apetecía decir algo interesante, poder contarle que había ido allí por un asunto muy importante y crucial que necesitaba de mi atención, pero, por desgracia, eso no podía ser. Había que ceñirse a la realidad, y desde luego esa no lo era. Tendría que decir la verdad, por sosa y aburrida que fuese.
-Bueno, verás…-empecé a decir.-Hacer atletismo siempre me ha gustado. Lo practicaba de pequeño, y me trae buenos recuerdos….-comenté, desviando la vista de Nyday para posarla en la pista…si, recordaba perfectamente esos momentos, corriendo con mis amigos, siendo simplemente una persona la mar de normal y corriente, que no tenía que preocuparse por nada. Como deseaba que todo volviese a ser como entonces….pero no podía ser. Nunca volvería a ser como entonces…..por desgracia.
-¿ y tu, que haces aquí?.-le pregunté a su vez, consciente de que se había creado un silencio mientras había estado pensando en mis cosas. Me había metido tanto en mis recuerdos que había perdido por completo el sentido del presente. Ahora no debía pensar en el pasado, que no volvería nunca. Debía concentrarme en el presente, en el ahora. Si no, mal.
Alexander Silverman- Lycans
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Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Me encogi de hombros ante la pregunta, realmente yo no sabia por que estaba aqui. Me quede pensando un rato hasta que me di cuentade que el silencio demorado en mi super respuesta fue demasiado largo, entonces respondi con voz pajera:
-Bueno hace tiempo que no venia, nunca esta demás hacer un poco de ejercicio- le dije y bueno ehabia estado parada todo este rato asi que decidi sentarme junto a él. Una idea para seguir conversando se me vino a la mente:
-¿Y dime, Alex?¿Como te tomas esto?- bueno elseguramente quedo con una cara de duda aunque no lo mire, por lo que me explique- Me refiero a que, yo supongo que tu nunca te hubieras imaginado que existian Demonios- me apunte a mi misma y luego hize un gesto de mano apuntandolo a él mientras decia- O Licantropos- Rei un poco y dije- Yo por lo menos no me lo imaginaba. Y mirame ahora- Ahora si que lo mire fijamente esperandosu respuesta. Supongo que no era una pregunta tan comun aunque nadie sabe las cosas que en este lmundo pueden llegarse a preguntar.
-Bueno hace tiempo que no venia, nunca esta demás hacer un poco de ejercicio- le dije y bueno ehabia estado parada todo este rato asi que decidi sentarme junto a él. Una idea para seguir conversando se me vino a la mente:
-¿Y dime, Alex?¿Como te tomas esto?- bueno elseguramente quedo con una cara de duda aunque no lo mire, por lo que me explique- Me refiero a que, yo supongo que tu nunca te hubieras imaginado que existian Demonios- me apunte a mi misma y luego hize un gesto de mano apuntandolo a él mientras decia- O Licantropos- Rei un poco y dije- Yo por lo menos no me lo imaginaba. Y mirame ahora- Ahora si que lo mire fijamente esperandosu respuesta. Supongo que no era una pregunta tan comun aunque nadie sabe las cosas que en este lmundo pueden llegarse a preguntar.
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Re: ¡Corre, corre, que te pillo! {Nyday}
Observé como Nyday se encogía de hombros ante la pregunta que la había formulado yo. Realmente no era muy normal estar allí a esas horas de la mañana, solamente estaban los que les volvía locos eso de correr, los que dedicaban su vida a ello, entrenando todas las mañanas, día tras día, hiciera frío o calor, intentando llegar a ser uno de los mejores. Me pregunté si yo hubiera sido uno de ellos, uno de los mejores en ese deporte. Solía practicarlo mucho, y era bastante bueno. Seguro que con que hubiera entrenado mucho algo hubiera salido. Y por lo menos, estaría dedicando mi vida a algo que me gustaba, en lugar de estar ahí, con un trabajo de camarero que no iba a ninguna parte, siendo un lobo, sin poder llegar a ser nunca una persona normal, tal y como antes.
Asentí con la cabeza cuando, después de un ligero silencio, llegó la respuesta de la demonio. Estaba totalmente de acuerdo con ella, el ejercicio era necesario, de cuando en cuando, por supuesto, siempre sin pasarse. Yo no era ningún colgado del deporte ni nada de eso, me gustaba de vez en cuando, y éste el que más, no otros como el fútbol, ya que ese ni me va ni me viene, la verdad es que me da un poco igual.
-Yo también hacía mucho que no veía.-confesé.-¿Lo echabas de menos? Yo si, la verdad.-dije, centrando mi mirada en la pista, viendo como los pocos corredores que había en ese momento en la pista seguían dando vueltas.
Nyday decidió sentarse por fin, menos mal, ya que me estaba cansando solo de verla allí de pie, hablando, pero sin sentarse ni nada. Yo llevaba un rato descansando, pero aun así algo de cansancio seguía teniendo, y verla allí de pie plantada no contribuía nada a que se me pasara el cansancio. Aunque lo malo es que se sentó un poco mas cerca de lo que a mi me hubiera gustado. A ver, que no tenía nada que ver con que fuera una demonio, yo no era racista ni nada de eso, simplemente es que el contacto con otras personas….me ponía algo nervioso. Si, puede sonar algo extraño, pero yo me podía considerar como alguien extraño, así que no importaba si las costumbres que adoptaba eran raras o no lo eran.
La miré con cara extrañada ante la pregunta que me formuló a continuación, aunque ella que no me estaba mirando, seguramente no la vio, pero debió pensar que su pregunta así quedaba demasiado ambigua, porque inmediatamente añadió una aclaración para que supiera de lo que estaba hablando. Y entonces compredí de lo que estaba hablando.
-Bueno, empiezo a sobrellevarlo.-le contesté.- Al principio fue mas duro. No comprendía nada, estaba…perdido. Todo era muy extraño, yo mismo era muy extraño para mi.- aún recordaba aquellos primeros días después de mi primera trasformación. Las dudas, el dolor de haberme sentido engañado, el temor a volver a ser un mosntruo de ese tipo…fueron unos de los peores días de mi vida, la verdad.-Nunca lo hubiera imaginado. ¿Demonios? ¿Vampiros?¿ Licántropos? Nadie se imagina que eso existe de verdad. Y, sin embargo, aquí nos tienes.-Reflexioné en vo alta.- ¿Tu no lo imaginabas? Así que no naciste así…¿eres como los demonios de la Biblia, o eres otra cosa? ¿Los demonios nacen o se hacen?.-pregunté esa serie de preguntas en rápida sucesión, como si fueran balas de una metralleta. Quería hacerle esas preguntas, quería saber, pero también me daban miedo las respuestas que pudiera darme, por eso las dije tan rápido, para no arrepentirme, no decírselas y después quedarme con la duda. Así, al menos obtendría alguna respuesta, algo que no había tenido durante muchos años
Asentí con la cabeza cuando, después de un ligero silencio, llegó la respuesta de la demonio. Estaba totalmente de acuerdo con ella, el ejercicio era necesario, de cuando en cuando, por supuesto, siempre sin pasarse. Yo no era ningún colgado del deporte ni nada de eso, me gustaba de vez en cuando, y éste el que más, no otros como el fútbol, ya que ese ni me va ni me viene, la verdad es que me da un poco igual.
-Yo también hacía mucho que no veía.-confesé.-¿Lo echabas de menos? Yo si, la verdad.-dije, centrando mi mirada en la pista, viendo como los pocos corredores que había en ese momento en la pista seguían dando vueltas.
Nyday decidió sentarse por fin, menos mal, ya que me estaba cansando solo de verla allí de pie, hablando, pero sin sentarse ni nada. Yo llevaba un rato descansando, pero aun así algo de cansancio seguía teniendo, y verla allí de pie plantada no contribuía nada a que se me pasara el cansancio. Aunque lo malo es que se sentó un poco mas cerca de lo que a mi me hubiera gustado. A ver, que no tenía nada que ver con que fuera una demonio, yo no era racista ni nada de eso, simplemente es que el contacto con otras personas….me ponía algo nervioso. Si, puede sonar algo extraño, pero yo me podía considerar como alguien extraño, así que no importaba si las costumbres que adoptaba eran raras o no lo eran.
La miré con cara extrañada ante la pregunta que me formuló a continuación, aunque ella que no me estaba mirando, seguramente no la vio, pero debió pensar que su pregunta así quedaba demasiado ambigua, porque inmediatamente añadió una aclaración para que supiera de lo que estaba hablando. Y entonces compredí de lo que estaba hablando.
-Bueno, empiezo a sobrellevarlo.-le contesté.- Al principio fue mas duro. No comprendía nada, estaba…perdido. Todo era muy extraño, yo mismo era muy extraño para mi.- aún recordaba aquellos primeros días después de mi primera trasformación. Las dudas, el dolor de haberme sentido engañado, el temor a volver a ser un mosntruo de ese tipo…fueron unos de los peores días de mi vida, la verdad.-Nunca lo hubiera imaginado. ¿Demonios? ¿Vampiros?¿ Licántropos? Nadie se imagina que eso existe de verdad. Y, sin embargo, aquí nos tienes.-Reflexioné en vo alta.- ¿Tu no lo imaginabas? Así que no naciste así…¿eres como los demonios de la Biblia, o eres otra cosa? ¿Los demonios nacen o se hacen?.-pregunté esa serie de preguntas en rápida sucesión, como si fueran balas de una metralleta. Quería hacerle esas preguntas, quería saber, pero también me daban miedo las respuestas que pudiera darme, por eso las dije tan rápido, para no arrepentirme, no decírselas y después quedarme con la duda. Así, al menos obtendría alguna respuesta, algo que no había tenido durante muchos años
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